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jueves, 8 de marzo de 2007

La Cueva... o muchas reflexiones a partir de una tontería

La película de la que el texto toma nombre, es mala. Un muchachito, una muchachita, y un montón de personajes secundarios que son las inevitables víctimas. Esos que uno ya sabe que sencillamente no van a terminar la película. Algunos de ellos incluso tienen tatuado en la frente: "Vencimiento: 5 minutos".

El argumento en sí, es simple, trillado, predecible y uno de los más socorridos en esto de las así llamadas películas de "suspenso" y "terror", en donde las comillas se utilizan para indicar que hay muy poco de las dos cosas.
Un grupo de científicos descubren un inmenso sistema de cuevas y llama a un grupo de buceadores/alpinistas para que hagan el reconocimiento. Ya en la labor, son atacados por unos bichos más feos que pegarle a la madre, que les cortan la retirada. El resto es tratar de salir vivos y el final no requiere imaginación ninguna.

Lo que motiva este texto no es "La Cueva", si no la idea subyacente: cómo al investigar alegremente y sin tomar recaudos surgen un montón de problemas. Como dice el trailer: "Hay lugares que no deberían ser explorados."

A riesgo de ser repetitivo (que lo soy), cansador (que puedo llegar a serlo) o monotemático (que sería un pecado mortal), puede hacerse una extrapolación de ese concepto y aplicarlo a los avances científicos y tecnológicos en general.

El Hombre (como especie), suele tomar como sinónimos el avance tecnológico y la evolución... pero sin interesarse poco ni mucho por la evolución a nivel humano.

Por alguna razón inexplicable, nadie mide el impacto a largo plazo que pueden tener los descubrimientos científicos.
Por ejemplo:

  • Los CFCs destruyen la capa de ozono.
  • Cuando el combustible radiactivo de los reactores nucleares se agota, nadie sabe qué hacer con él, ni cómo lidiar con esos deshechos que matarán todo a su alrededor durante miles de años. Sólo pueden pasarse la pelota de mano en mano y tratar de que algún paisucho necesitado de dinero los entierre bien hondo. Dicho así no parece tanto o tan grave... pero lo es. Mucho. Mirá Chernobil.
  • La desforestación masiva causa importantes cambios climáticos. Y aunque pocos vemos los beneficios de esa tala, las consecuencias las pagamos todos.
  • La introducción (a menudo inocente e inadvertidamente) de una especie extraña en un ecosistema delicado produce graves desequilibrios, cuando no su destrucción. O si no, pregunten en Australia qué pasa cuando largás una pareja de perros, una de gatos y algunos conejos.
  • El uso masivo de pesticidas y químicos de síntesis modernos usado para control de plagas y malas hierbas impacta en los ecosistemas y la cadena alimenticia. No necesito links ni discursos eruditos para conocer esto. Lo veo todos los días en los campos agrícolas que rodean a Colonia. Hay lugares en que directamente no se ven pájaros.
  • Las explotaciones mineras, como la del oro, se hacía (en algunos lugares todavía se hace) a base de mercurio y cianuro. Para cuando se tomaron las medidas apropiadas para evitar el vertido de esas sustancias, grandes zonas eran eriales y los cursos de agua eran inhabitables. Todavía hoy es un problema grave.
La lista sigue y sigue. Nadie para un segundo a pensar cómo afectan al entorno esos "adelantos".

Somos inconscientes como unos niños. No hay un sólo pensamiento relativo al futuro. Los daños a largo plazo no son mínimamente contemplados... lo único que parece importar es el rédito económico y la comodidad inmediata.
Creo que tiene que ver con ese orgullo insano que comentaba antes.
—Mirá lo que descubrí! —Grita entusiasmado el científico Fulano— Está buenísimo! La Humanidad podría sacar un gran provecho de esto!
—Sí, pero y dentro de 20 años, qué? —Pregunta suspicaz, una voz de conciencia.—Y si no sirve?
—Claro que sirve! Lo probamos en 3 ratones y los observamos durante DOS meses! Está súper testeado y comprobado!
—Dos meses COMPLETOS? —Vuelve a preguntar la reflexiva voz con tono irónico.
—Sí! Sí! —Aúlla Fulano, ajeno al tono—. Hasta el último día!
—Y si alguien quiere usarlo con fines no pacíficos/inocentes?
—Bah! Eso no sucederá. A nadie se le ocurriría utilizarlo como arma!
—Seguro?
—Por supuesto! Ya le pregunté a empresarios y militares y me dijeron que tranquilo, que incluso podía dormir sin frazadas. Cero preocupación!
—Ah, bueno! Entonces sí. Adelante...

Y ya está. En potencia: una tormenta perfecta.
Ojo, no soy tan necio como para abjurar y condenar los adelantos técnicos y la investigación científica. Ni tampoco soy tan ingenuo de querer y/o pretender que podemos volver al estilo de vida del siglo XVII.
Lo que sí me gustaría y preferiría es que se realizaran más pausadamente... más "pensadamente".
Que quienes están en el mojo, consideraran que ese milagroso invento (sea cual sea) puede llegar a ser perjudicial. Que pensaran en las derivaciones. Que fueran responsables.
Que no miren sólo el ahora. Ni hasta mañana o pasado. Que miren hacia adelante DE VERDAD! Treinta, cuarenta o más años!
Es que Hiroshima no sirvió de nada? Han pasado más de 60 años! Y siguen naciendo pibes con taras y enfermedades. SESENTA AÑOS! TE DAS CUENTA?
ESO TENDRÍA QUE HABERNOS ENSEÑADO ALGO!! Que habernos abierto los ojos... uno de ellos al menos.

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