Una carrera no nos vendría mal. Corramos!

El 29 de agosto de 1949, para sorpresa de todo el mundo, se detona la primera bomba atómica soviética, llamada Primer Relámpago por los rusos, y Joe-1 por los alucinados yanquis que no la podían creer, convencidos hasta cinco segundos antes de que la URSS estaba años atrás en materia atómica. Tuvo una potencia muy similar a la lanzada sobre Hiroshima y que puso punto final a la Segunda Guerra Mundial.

En 1953 los soviéticos lograrían su propia bomba de hidrógeno y se mantendrían a la par de los EE.UU. en el desarrollo de armas atómicas, desarrollando la tan mencionada carrera armamentista durante varios años, hasta que en los 70s el arsenal soviético sobrepasó al de sus rivales.

Todavía hoy, en pleno siglo XXI, Rusia tiene el arsenal de armas nucleares más grande del mundo.

Fuente: Wired