Explosión incontrolable de vida.
No tengo memoria de una primavera como esta. Es sencillamente alucinante. Todos los colores y tonos habidos y por haber. Desde el verde suave de los renuevos de sauce,
hasta el verde casi plateado de los álamos blancos,
pasando por el verde brillante y vivo de la hierba,
los tonos dorados del sol sobre los plátanos a la entrada de la ciudad vieja,
los rosados y blancos de los frutales, azaleas que desbordan de violetas y rojos, coronas de novia y calas de un blanco cegador,
troncos en la playa que parecían muertos, vuelven a la vida y parecen crecer por minutos,
el amarillo deslumbrante de la colza, que hasta el sol envidia,
Foto-fotito by Naxto
los juegos de luz y sombra que multiplican las tonalidades...
Tanta exuberancia que sobrecarga los sentidos. Como si la Naturaleza tuviera stock sobrante de colores y quisiera deshacerse de ellos a toda costa.
1 comentario:
Los ermitaños suelen vivir en lugares así.
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