Reflexiones sobre media botella
Todos, en algún momento, nos hemos visto enfrentados a esa elección, la queramos o no. La botella (o el vaso) está por la mitad y nos encontramos en la disyuntiva: ¿medio lleno, o medio vacío?
Es una cuestión que pone en la balanza cómo actuamos ante una situación ambigua, o al menos no declaradamente buena o mala. En cierta manera nos indica a nosotros mismos y a veces también a los demás, la forma que tenemos de encarar la vida.
Sin embargo, pocas veces, al menos en mi caso, me he puesto a pensar RELAMENTE en ello. Generalmente suelo quedarme con esa cosa simplista del pesimismo y el optimismo, pero descubrí que la cosa va más allá... mucho más allá.
Menos mal que a Luis Pabón, de Entropía, se le ocurrió dedicarle un pensamiento.
Tu botella... cómo está?
4 comentarios:
A mí lo que me asusta, es cuando entrás a pretender que, aunque le queden dos gotas, la botella está llena. Una cosa es ser optimista, y otra ser necio... a veces se me confunden un poco los términos.
Gracias por la referencia. Lo realmente importante es que la botella de para llenar los vasos con los que brindar. Salud.
Muy cierto! Lo importante no es tomar, eso es incidental. Lo importante es brindar. Brindar mucho!
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